6 maneras de afrontar la decepción estratégicamente
Por David Lancefield y Dina Denham Smith
Gestionarse a sí mismo
Harvard Business Review
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Resumen. Cuando nos decepcionan los puestos de liderazgo, los lanzamientos y los premios que deseamos pero no conseguimos, a menudo se nos dice que aguantemos los golpes y sigamos adelante. Pero este consejo subestima el impacto emocional que experimentamos, las opciones a las que nos enfrentamos y el potencial de aprendizaje. La decepción puede golpear con fuerza, llevándonos a cerrarnos en banda o a reaccionar de maneras de las que luego nos arrepentimos. Aunque es natural sentirse molesto, la forma en que maneje un contratiempo es importante, no sólo para su crecimiento sino también para la forma en que le perciben. Utilice seis estrategias para centrarse en lo que está bajo su control: 1) Gestione sus emociones, 2) reevalúe sus expectativas, 3) permita la recuperación, 4) extraiga enseñanzas, 5) recupere su confianza y 6) siga adelante.
Hay muchas razones por las que experimentamos decepciones a lo largo de nuestras carreras: los puestos de liderazgo, los lanzamientos y los premios que deseamos pero no conseguimos. Las palabras y acciones de la gente en el trabajo, en nuestra comunidad y en la sociedad que no están a la altura de nuestras expectativas.
La decepción es una emoción compleja, de múltiples capas. Puede implicar un remolino de sentimientos encontrados, incluida la frustración por no haber obtenido lo que esperaba y la tristeza porque el resultado le importaba. O puede sentir pesar si no dio lo mejor de sí mismo, resentimiento si el resultado le pareció injusto o celos porque otros ganaron el premio en lugar de usted. También puede sentirse ansioso por lo que pueda ocurrir a continuación.
Tras una decepción, a menudo se nos dice que aguantemos los golpes y sigamos adelante. Pero este consejo subestima el impacto emocional que experimentamos, las opciones a las que nos enfrentamos y el potencial de aprendizaje. También puede ser fácil caer en una de estas tres respuestas improductivas y quedarse estancado:
Derecho ("Me lo merezco"). Después de trabajar duro para ganarse algo, puede ser fácil sentirse con derecho a la victoria. Pero esta respuesta suele derivarse de expectativas poco realistas; el éxito nunca está garantizado, por mucho talento que se tenga. Atascarse en si el resultado es "justo" sólo aumenta sus sentimientos negativos.
Extrapolación ("Nunca tendré éxito en esto"). Un resultado adverso no significa que usted sea un fracasado o que haya otra decepción a la vuelta de la esquina. Pero si creemos que el futuro será malo, a menudo actuamos como si lo fuera, lo que da lugar a una profecía autocumplida.
Exasperación ("¿Cómo han podido elegir a otra persona?"). Esta respuesta pasa por alto el hecho de que usted sólo tiene una visión parcial del proceso de toma de decisiones. Los puntos ciegos y las asimetrías informativas significan que probablemente hubo factores en juego que usted no pudo ver.
En su lugar, céntrese en lo que está bajo su control. He aquí seis formas de responder a la decepción con sensatez y ser estratégico en su próximo movimiento.
Controle sus emociones
La decepción puede golpear con fuerza, desencadenando emociones fuertes que nos llevan a cerrarnos en banda o a reaccionar de maneras de las que luego nos arrepentimos. Aunque es natural sentirse disgustado, la forma en que gestione un contratiempo es importante, no sólo para su crecimiento, sino también para la forma en que le perciban. Reaccionar mal puede dejar una huella duradera, moldeando su reputación más que el propio contratiempo, por lo que es crucial gestionar sus emociones.
Empiece por reconocer y aceptar sus sentimientos y pensamientos sobre la decepción como algo natural. Desenvuelva su decepción, precisando sus sentimientos y etiquetándolos con palabras concretas. Por ejemplo, tras no conseguir ser socio en una empresa contable de las Cuatro Grandes, el cliente de Dina, Anthony*, le dijo que se sentía "triste, desilusionado y dolido". Identificar y nombrar sus emociones alivia su intensidad, guía su respuesta y le ayuda a trazar el camino más constructivo hacia adelante. Los sentimientos de Anthony apuntaban a una necesidad de curación.
Hablar con confidentes de confianza y llevar un diario sobre su experiencia también puede ayudarle a procesar sus sentimientos y está demostrado que aumenta su bienestar físico y mental. Sin embargo, tenga cuidado de a quién recurre. Los colegas que fomentan los cotilleos o la negatividad pueden mantenerle estancado en lugar de ayudarle a sanar, y las palabras sueltas pueden recordarse en los años venideros. El objetivo no es obsesionarse con la decepción, sino comprenderla, ganar perspectiva y avanzar de forma constructiva.
Reevalúe sus expectativas
La decepción suele tener su origen en un desajuste de las expectativas: Usted pensaba que el resultado que deseaba era una conclusión inevitable cuando la realidad sugiere lo contrario. Quizá no entendió lo que buscaban los responsables de la toma de decisiones, por lo que centró sus esfuerzos en las áreas equivocadas. O puede que sí lo entendiera pero supusiera que sus logros y aptitudes hablarían por sí solos, o que simplemente había un candidato más fuerte.
Repase lo que los responsables de la toma de decisiones dijeron -o dieron a entender- sobre lo que buscaban. Póngase en su lugar y pregúntese ¿Aportó usted las pruebas que necesitaban? Ya se trate de su impacto cotidiano, de su marca personal, de la calidad de su discurso o de su actuación en una entrevista, ¿hasta qué punto expuso bien sus argumentos? Considere también el campo. ¿Quién o qué más podría haber estado en la carrera? ¿Cuáles eran sus puntos fuertes y débiles? ¿Dónde se sitúa usted en el orden jerárquico?
Hacer esta reflexión de forma sistemática significa que saldrá con una expectativa más razonable de las posibilidades que tenía. Aplicar este proceso la próxima vez también le ayudará a seleccionar futuras oportunidades que se ajusten mejor a sus puntos fuertes y a prepararse para el proceso con mayor diligencia.
Jayne, una de las clientas de David, reconoció que tenía pocas posibilidades de conseguir un puesto de CEO. Había empezado tarde su campaña y otros candidatos tenían más experiencia. Pero quería dar muestras de su ambición y aprender de los comentarios que recibiría durante el proceso de selección. Cuando no consiguió el puesto, se sintió decepcionada, sobre todo porque su confianza había aumentado durante el proceso, pero no sorprendida. Con este estado de ánimo positivo, arrancó con fuerza en su siguiente puesto y empezó a explorar futuras oportunidades de CEO.
Permita la recuperación
La decepción puede ser agotadora, pasarle factura emocionalmente y minar su motivación y productividad. Su bienestar y su rendimiento se recuperarán más rápidamente si se toma el tiempo y el espacio necesarios para reponer sus recursos internos. Esto no significa parar o retirarse durante meses, sino dedicarse intencionadamente a actividades no laborales reparadoras.
Considere qué actividades le ayudan a desvincularse del trabajo y a recuperar energías. Para Anthony, eso significaba retomar la rutina de ejercicios matutinos que había abandonado en el intenso período previo a la decisión de asociarse. ¿Qué le resultaría agradable y reconstituyente? ¿Pasar más tiempo con los amigos y la familia, dedicarse a una actividad creativa, ver una película divertida o asistir a un servicio religioso? Lo que elija importa menos que dedicar el tiempo.
La recuperación no es autoindulgencia; es un acto estratégico. Cuando se toma tiempo para recuperarse y restablecerse, especialmente después de un contratiempo, no sólo se recarga de energía sino que refuerza su liderazgo. Los líderes que dan prioridad a la recuperación potencian la creatividad y el rendimiento de sus equipos y se muestran más solidarios y eficaces.
Uno de los clientes de David, John, quiso hacer un buen examen de su vida tras haber sido descartado para un puesto. Se hizo evidente que el trabajo dominaba su identidad, por lo que cuando se producían decepciones, no tenía mucho más en lo que apoyarse. Evitando reacciones instintivas, optó por dedicar tiempo a volver a conectar con su familia, empezar un nuevo papel de comité a tiempo parcial en su alma mater y mejorar sus hábitos de sueño y su dieta. Esto le permitió estar en mejores condiciones para pensar qué hacer a continuación.
Extraer enseñanzas
Reflexionar sobre la decepción puede resultar doloroso, por lo que resulta tentador evitarlo por completo o hacerlo de forma superficial. Pero esa es una oportunidad perdida de aprender algo que aumentará sus posibilidades de éxito la próxima vez.
Hay mucho sobre lo que preguntar y aprender: el proceso de toma de decisiones, los responsables de la toma de decisiones, las prioridades y la dinámica de poder de la organización, sus compañeros u otros candidatos y sus compañeros de trabajo. Empiece por los responsables de la toma de decisiones, facilitándoles y haciéndoles sentir cómodos para que le den su opinión. Utilice una comunicación breve y sencilla que transmita un tono positivo, como por ejemplo
Estimado [nombre],
Gracias por compartir la noticia. Naturalmente, estoy decepcionado por el resultado. Pero estoy deseando aprender de la experiencia para contribuir aún más en el futuro. Sus respuestas a estas tres preguntas me ayudarán a conseguirlo:
- ¿Qué vio como mi mayor punto fuerte?
- ¿Qué es lo que no vio suficiente?
- ¿Qué consejo me daría?
- ¿Puedo encontrar 15 minutos en su agenda en la próxima semana para hablar de esto?
Pregunte a sus compañeros de trabajo y a otras personas cercanas a usted, incluso en su casa, qué notaron en usted o recuerdan que habló durante el proceso. A continuación, vuélvase hacia su interior y concéntrese en lo que hará falta para crear la mejor versión de su próximo yo futuro. Pregunte: ¿Qué aprendió sobre la organización que le ayudará a rendir y progresar en el futuro? ¿Qué hicieron sus compañeros u otros candidatos de lo que pueda aprender? ¿Qué necesita aprender para hacerlo mejor la próxima vez?
Acepte que no siempre obtendrá respuestas claras. Pero el acto de aprender deliberadamente centra su atención de forma constructiva y señala a los demás que está adoptando un enfoque positivo.
Reavive su confianza
Es natural que le asalten las dudas cuando ha tenido un contratiempo. Es posible que se cuestione sus capacidades y se pregunte: "¿He interpretado mal la situación?" o "¿No soy tan capaz como pensaba?". Aunque estos pensamientos son comprensibles, quedarse atascado en ellos le frenará.
Empiece por poner este acontecimiento en perspectiva. Una gran decepción puede hacernos olvidar nuestros éxitos pasados, así que tómese un momento para revisar y reflexionar sobre sus logros anteriores, ya sea un gran proyecto que dirigió, una conversación difícil que sorteó o un riesgo que dio sus frutos. Amplíe la perspectiva y pregúntese: ¿Realmente importará esto dentro de un año? Aunque un contratiempo puede parecerlo todo y tan grande en el momento, la respuesta suele ser no.
A continuación, empiece a dar pasos concretos para recuperar el impulso, ya sea ofreciéndose voluntario para un nuevo proyecto, lanzando otra idea o simplemente hablando en una reunión. Las pequeñas victorias reconstruyen la confianza.
Después de aceptar su decepción por haber sido rechazado dos veces para una asociación, Anthony cambió su energía y se centró en lo que podía controlar y pasó a la acción. Se ofreció voluntario para dos proyectos fuera de su práctica, ampliando su red y ganándose elogios y nuevos defensores críticos en el bufete. Fuera del trabajo, se presentó como candidato al consejo escolar de su localidad, dirigió una fuerte campaña y ganó. Ambas experiencias ayudaron a Anthony a reforzar sus habilidades y le devolvieron la confianza en sí mismo.
Avanzar
Identifique a los responsables, patrocinadores, colaboradores, líderes informales, mentores y otras personas que le levantan el ánimo y hábleles de su ambición, invitándoles a ayudarle. Vaya más allá en su trabajo, demostrando lo bien que se desenvuelve y que puede progresar. Sea una fuerza positiva para el bien, reforzando su reputación como alguien con quien da gusto trabajar y estar cerca. Sea la persona del "sí, podemos" que se centra en el futuro.
Esto es exactamente lo que hicieron John y Anthony tras sus respectivas decepciones. John se alineó estrechamente con su nuevo jefe, convirtiéndose en su persona de referencia al ofrecer un alto rendimiento en proyectos prioritarios y ser un defensor de la nueva estrategia que había ayudado a crear. Anthony amplió su red de contactos en el bufete, ofreciéndose voluntario para dos proyectos de alta visibilidad y de prácticas cruzadas y alimentando sus relaciones con su jefe y otros socios clave. Ambos se presentaron a trabajar con una mentalidad más positiva, que daba prioridad a las oportunidades. En seis meses, John fue ascendido a un puesto de liderazgo en la C-suite y Anthony se hizo socio.
Si las prioridades de la organización no le interesan o si lo que esperan de usted no es algo que esté dispuesto a dar, considere a qué otro lugar puede trasladarse dentro o fuera de la organización. Aunque Jayne dio lo mejor de sí misma en su siguiente puesto, pronto se dio cuenta de que no iba a formar parte del círculo íntimo del CEO, lo que limitaría su progresión. Con esta claridad, empezó a explorar nuevas oportunidades, incluyendo funciones de CEO para ella misma.
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Afrontar la decepción es una tarea estratégica. Implica una serie de decisiones sobre cómo responder y qué hacer a continuación. Mal hecho, disminuye su reputación y daña sus perspectivas. Si se hace bien, refuerza su determinación, aclara su enfoque y le posiciona para el crecimiento. ¿Qué camino elegirá?
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David Lancefield es catalizador, estratega y coach de líderes. Ha asesorado a más de 50 CEOs y cientos de ejecutivos, fue socio sénior de Strategy& y es profesor invitado en la London Business School. Encuéntrelo en LinkedIn (@davidclancefield) o en davidlancefield.com, donde puede suscribirse a su boletín "Every Day is a Strategy Day" y recibir el kit de herramientas "Dominando los Grandes Momentos".
Dina Denham Smith es coach ejecutiva de líderes sénior y equipos en importantes empresas globales como Adobe, Netflix, PwC, Dropbox, Goldman Sachs, Stripe y numerosas startups de alto crecimiento. Exejecutiva de negocios, es la autora principal del exitoso libro "Emotionally Charged: How to Lead in the New World of Work". Conéctese con ella en LinkedIn o en dinadsmith.com y suscríbase a su boletín para obtener estrategias probadas que le ayudarán a alcanzar el éxito.
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